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Entre el Suelo y el Cielo

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SHAUN TAN, su Árbol Rojo

“El Arbol Rojo es una historia, sin ningún tipo de narrativa en particular, una serie de distintos mundos fantásticos con imágenes independientes que invitan a los lectores a sacar su propio significado en ausencia de cualquier explicación escrita. Como concepto, el libro está inspirado en el impulso que tienen niños y adultos por igual para describir sentimientos usando como metáfora los monstruos, las tormentas, el sol, el arco iris y así sucesivamente. Más allá del tópico, he buscado ilustraciones que puedan seguir explorando las posibilidades expresivas de este tipo de imaginación compartida, que podría ser a la vez extraño y familiar.
COVERUna niña sin nombre aparece en cada imagen, un sustituto de nosotros mismos, ella pasa sin ninguna ayuda a través de muchos momentos oscuros, pero finalmente encuentra algo esperanzador al final de su viaje.
El Arbol Rojo empezó como una narrativa experimental más que cualquier otra cosa: la idea de un libro sin historia. (…) Estoy cada vez más convencido de que la ilustración es una poderosa vía de expresión de sentimientos, tanto como las ideas, en parte porque está fuera del lenguaje verbal, y muchas emociones son difícil de expresar con palabras. Pensé que podría ser interesante crear un álbum ilustrado que tratase sobre las emociones, sin encuadrarlas en ningún contexto argumental, en cierto sentido va “directo a la fuente”
Lo que resultó después de muchos garabatos fue una serie de paisajes imaginarios sólo conectados por un mínimo hilo de texto y la silenciosa figura de la niña en el centro de cada uno, con los que el lector es invitado a identificarse. Al principio ella se despierta encontrando hojas ennegrecidas  cayendo desde el techo de su dormitorio, amenazando con acabar con su silencio. La niña camina por la calle, eclipsada por la sombra de una gran pez que flota sobre ella. Se imagina a sí misma atrapada en una botella lavada en una orilla olvidada, o perdida en un paisaje extraño. Es capturada en una pequeña embarcación por buques a punto de chocar, y después de repente está en un escenario ante un misterioso público, sin saber qué hacer.
Algo así como si toda esperanza estuviera perdida, la niña vuelve a su dormitorio y encuentra una pequeña plantita roja creciendo en el centro del suelo. La plantita crece rápidamente convirtiéndose en un árbol rojo que llena su habitación de una cálida luz.
Cada imagen está abierta a varias interpretaciones por la ausencia de una descripción que las acompañe. Cada “mínima” historia nos recuerda que así como los malos sentimientos son inevitables, siempre pueden ser atemperados por la esperanza.
En su origen, estaba planeando hacer ilustraciones sobre los tipos de emociones: miedo, alegría, tristeza, asombro y así sucesivamente.  Pero cuanto más trabajaba en ello, cuanto más encontraba emociones negativas (sobre todo sentimientos de soledad y depresión) eran mucho más interesantes desde un punto tanto personal como artístico.No es que sea una persona infeliz, es sólo que esas ideas parecen ser en última instancia las que provocan mayor reflexión.
Los lectores me han preguntado a veces por qué mi imaginario es a menudo tan oscuro,y pienso que es por eso. Estoy más atraído por aquellas cosas que no son siempre las correctas, como la injusticia social y ecológica de Los Conejos, o la apatía social en La Cosa Perdida, o algunas ideas  sobre la auto-destrucción en
El Telespectador. Encuentro estos temas artísticamente atractivos, quizás porque están sin resolver, como un puzzle.
Al mismo tiempo, disfruto de hacer un trabajo festivo (El Arbol Rojo lo es en última  instancia) pero cualquier significado aparente está siempre rodeado de incertidumbre. El árbol rojo puede florecer, pero también se morirá, de modo que nada es absoluto o definitivo; tiene que haber un reflejo fiel de la vida real, como algo que está continuamente en busca de una resolución”.
El debate está abierto señores: ¿son los albumes ilustrados sinónimos de libros infantiles,o más bien una convención cultural? La aparente simplicidad narrativa, aspecto visual, gran formato, son características exclusivas de este género? Esto no sólo me lo pregunto yo, sino el mismo Shaun Tan: “Se trata de mostrar y contar, una ventana para aprender a “leer” en un sentido más amplio, explorando relaciones entre las palabras, los dibujos y el mundo donde experimentamos todos los días. Pero ¿es esta una actividad que acaba en la infancia?, seguramente no esté exento de sofisticación o complejidad; sabemos intrínsecamente que la realidad es otra. “Arte” tal y como decía Einstein “es la expresión de los más profundos pensamientos de la manera más sencilla”.
                                                                  Y ahora sí, el libro completo:
http://issuu.com/RaquelMazuecos/docs/tan__shaun_-_el__rbol_rojo?mode=window

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